LAS CIGUEÑAS DE LA TORRE Y DE LA ERMITA
De la torre y de la ermita
a la charca de la dehesa,
se pasa el día volando
la cigüeña blanca y negra.
A media tarde se ve
con las alas desplegadas
sobrevolando los campos
buscando lagunas claras.
“una ración de culebra”
otra “de gorda rana”
le da igual un saltamontes
todo gusta a la nidada.
Que en el nido a ella la esperan
Dos hambrientos cigoñinos,
¡como comen los tragones!
-piensa ella en el camino-.
Mañana cuando amanezca
otra vez a la laguna,
a la charca de la dehesa
a buscar ración segura.
Que estamos en primavera
y está que revienta el campo,
si verde ha venido Abril
¡que florido vendrá Mayo!.
A la torre y la ermita
desde no sé, cuantos años,
vuelven siempre las cigüeñas
de sus países lejanos.
Que huyendo del frío invierno
se van a tierras más cálidas,
por eso cuando ellas vuelven
es que el invierno se acaba.
¡que gozo! Cuando las veo
en la torre de regreso,
trayendo en el pico ramas
para su nido desecho.
En primavera y en verano
son las reinas de los cielos,
de los campos de mi tierra
que alegres las recibieron.
¡que fieles son las cigüeñas
del pequeño pueblo mío!
que regresan cada año
a la torre y a su nido.
Lo mismo que las cigüeñas
yo también emigraré,
y lo mismo que ellas vuelven
yo espero también volver.