PUEBLO MIO
Cada muerto es un silencio;
y el pueblo en su languidez
se siente mas triste y solo
viviendo ya su decrecer.
Cada tañer de campanas
es un lamento temido,
una vida que se va
y un lamento contenido
Cuando era fiesta, tocaban
repicando de alegría,
por los rincones del pueblo
su radiante eco se oía .
Y ahora al cerrarse una puerta
es otra casa vacía ,
echó el cerrojo la muerte
al irse de ella la vida .
“Pueblo mío que te vas
sumergiéndote en la nada,
cada vez que me despido
llora en silencio mi alma
Cuando se acerca la noche,
tu silencio me conmueve,
ausente de juventud
que es la que todo lo puede.
Se hicieron hombres los niños
que por tus calles corrían,
a otros lugares se fueron
donde estarán todavía
Quizá ya se han olvidado
que tu le diste la vida,
que tu calmaste su sed
que de tu tierra comían.
Y es que el mundo es tentador
y a todos ,su voz nos llama,
ansiosos de libertad
y aventura, nos atrapa.
Con tentáculos de lujo,
diversiones y demás,
nos engancha de tal forma
que no nos deja escapar
Y poco a poco nos va
atrapando entre sus redes
y aunque te quieras salir
te das cuenta que no puedes
Desde esa cárcel de oro
donde se entró voluntario,
te acuerdas de la niñez
y de tu pueblo lejano.
Pero te falta el valor
el coraje y el cariño
que le debes a ese pueblo
que te dio todo de niño.
Te dio sus calles y plazas
donde solías correr,
agua de sus manantiales
y pan blanco que comer.
Te dio la lluvia y el viento
que acariciaban tu cara,
y una alegre juventud
para que tu la gozaras.
Por eso el día que te fuiste
al pueblo heriste en el alma.
si se va la juventud
la vida también se acaba.
Pues la juventud es vida
es la luz de la esperanza,
cada joven que se va
es una luz que se apaga.
Si no se escuchan sus risas
sus juegos y algarabías,
el pueblo queda sumido
en triste melancolía.
¿Quién entonces curará
esos males de vejez?...
¡escucha a sus viejas piedras
que te llaman otra vez!
Abrir pues ,bien los oídos
y escuchar al corazón,
no dejéis que muera solo
el pueblo que vida os dio.
Que sus paredes aun guardan
el eco de vuestra risa
y las campanas aun tocan
el domingo para oír misa.
Este pueblo que está herido
de una inmensa soledad,
espera de tu visita
para poderse alegrar.
¡Hijo tú de “Guadramiro”
que por esos mundos andas!
escucha la voz del pueblo
que con nostalgia te llama.
Desvuélvele la sonrisa
que con tu ausencia ha perdido,
alivia su decadencia
y no lo eches en olvido.